Slow living

SLOW LIVING 



Uno de los efectos secundarios de la pandemia del COVID-19 ha sido cultural: nos ha obligado a bajar considerablemente nuestro ritmo de vida. En esta nueva era sin prisas, muchas personas han empezado a adoptar este estilo de vida, llamado "slow living" o "slow life".

La tendencia "slow living" ha estado creciendo exponencialmente y está estrechamente relacionada con temas populares, como vivir de manera sencilla y el minimalismo.

Por lo general, hacer actividades como la jardinería, dar una nueva vida a los muebles, re decorar el hogar, hacer el café perfecto o repostería son los temas que tienen que ver con esta tendencia.

Estos intereses y aficiones parecen ser parte de un estilo de vida del pasado, que evoca los "buenos viejos tiempos". Aprovechar esa nostalgia que se siente por la época analógica a través de la cultura digital es una curiosa ironía de este movimiento.

Se cuenta que el movimiento Slow se inició en Roma en 1986 como protesta a la apertura de un McDonald´s en la Piazza di Spagna, donde nació la organización Slow Food contra la estandarización de la gastronomía.  En 1989 el movimiento internacional de Slow Food se funda oficialmente en París y se firma el Manifiesto. Y de ahí todo se transformó y aplicó ya no solo para la comida, si no para muchos conceptos más como por ejemplo: slow fashion, slow cities, por citar algunos.

Nuestra casa es nuestro nido, nuestro territorio privado. Es el espacio ideal para hacer un paréntesis y desconectar del ritmo frenético que nos impone la vida contemporánea. Incorporando la filosofía Slow Life al hogar podemos conseguir una mayor calidad de vida.

En este sentido, un entorno agradable que aporte sensación de paz y tranquilidad es un gran aliado. Por ello, el espacio en el que vivimos es muy importante. El hogar tiene que ser un espacio armónico y equilibrado para relajarnos. El escenario perfecto para (re)conectar con nosotros mismos y también para conectar con los demás y favorecer la relación armónica de los miembros de la familia.

Otra de las ventajas es que estas viviendas suelen ser creadas para ser casas sostenibles y, de esta forma, reducir o eliminar por completo el impacto negativo que el uso de servicios pueda tener en su entorno. La simplicidad de los diseños también fomenta la creación de valores familiares, el encuentro con amistades y la capacidad de disfrutar de tiempo de ocio en su interior.

Las personas nos preguntan si este tipo de tendencias que han surgido por la pandemia se mantendrán una vez que todo vuelva a la normalidad. Esperamos que la "nueva normalidad" signifique que más personas trabajemos con flexibilidad y desde casa, los que nos permitiría dedicar más tiempo y espacio a cultivar esas nuevas aficiones y nuestros nuevos hábitos de visualización. Definitivamente, creemos que esta tendencia nos acompañará durante mucho tiempo, y esperamos que así.

 

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